29 de octubre, día mundial del accidente cerebrovascular

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La fecha, establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), busca concientizar y prevenir este tipo de episodios que representan la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad en adultos, a nivel mundial.
El accidente cerebrovascular o ACV (por sus siglas) es la lesión producida por la interrupción del suministro de oxígeno, de manera sostenida, en el tejido cerebral y se clasifican como Isquémico o Hemorrágico. El primero sucede cuando ocurre una obstrucción al flujo de sangre en alguno de los vasos arteriales que irrigan el cerebro; mientras que en el segundo se produce la ruptura de alguna de las arterias que irrigan el tejido cerebral.
 
Los datos estadísticos en nuestro país estiman que se produce un ACV cada 4 minutos y más de 18 mil personas mueren por esta causa. Además, representa la primera causa de discapacidad en nuestro país y a nivel global. Otro crudo dato es que esta cifra de fallecidos representa la segunda causa de muerte en nuestro país.
 
Si bien los hombres tienen más riesgo, más mujeres mueren por ACV. En Argentina del 100% de las personas que tienen un ACV, más de la mitad son mujeres. El ACV es una causa de muerte muy importante en mujeres; la mortalidad por ACV es mayor en mujeres que por cáncer de mama.
 
Síntomas.
  • El ACV se presenta con debilidad o adormecimiento de una parte de la cara, un brazo o una pierna (generalmente de un mismo lado del cuerpo).

  • Otro de los síntomas son confusión o dificultad para hablar o entender.

  • A estos hay que sumarles pérdida súbita de visión de uno o los dos ojos, pérdida de equilibrio o coordinación; además de dolor de cabeza intenso, súbito y persistente.

Factores de riesgo.
Entre los factores de riesgo asociados al ACV se encuentran la hipertensión arterial, que juega un rol preponderante en ambos tipos de cuadros: en el ACV hemorrágico, el 85% de los pacientes son hipertensos y alrededor del 50% lo son en el caso del ACV isquémico. Por otro lado, el sedentarismo, el aumento de colesterol y lípidos en la sangre, el incremento de la proporción cintura-cadera, el tabaquismo, una alta ingesta de alcohol, enfermedad cardíaca y diabetes son factores asociados, así como también el síndrome de apnea/hipopnea obstructiva del sueño.

¿Cómo nos impacta la noticia de una enfermedad?

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El 19 de octubre es el día mundial contra el cáncer de mama.

El cáncer de mama es un tumor maligno que se inicia en la glándula mamaria.
La prevención es la herramienta fundamental para evitar su aparición.
El examen clínico y la mamografía son las principales vías para un diagnóstico temprano con buena respuesta.

En la actualidad, el cáncer es considerado una enfermedad crónica, esto quiere decir que con un tratamiento acorde se puede sobrellevar de modo más efectivo.

Recibir la noticia de una enfermedad, nos hace sentir vulnerables, amenazados y nos remite a la pérdida de nuestro estado de salud, nos impacta psicológicamente.
La mayoría de las mujeres (aunque también se presenta en hombres la enfermedad) experimentan sentimientos de ansiedad, incertidumbre, miedo o depresión.
El miedo que produce se asocia inevitablemente a la idea de muerte.
Adaptarse a vivir con una enfermedad exige tiempo, paciencia, apoyo e interés por participar en el cuidado de la propia salud.
Vivir con una enfermedad plantea desafíos a la persona que la padece. Afrontarlos, es un proceso que implica aprendizajes.
Entender qué ocurre y participar activamente en el cuidado de la propia salud, ayuda a afrontar lo que se va presentando.

El estado psíquico colabora o influye en el proceso de afrontamiento y recuperación. Por eso es fundamental, ocuparse del estado emocional.
Los pacientes atraviesan varias fases en el proceso de asumir que padecen una enfermedad y de aprender a vivir con ella. 
Algunos se sienten vulnerables, confundidos y preocupados por su salud y su futuro.

En este proceso el apoyo familiar es un aspecto fundamental ya que la familia es la mayor fuente de apoyo social y personal que pueden disponer las personas.
Otro aspecto que resulta fundamental es la relación con el sistema y los profesionales sanitarios.

En la relación profesional sanitario-paciente el profesional se convierte en el proveedor de cuidados, administrador de tratamientos, compañero y confidente cuya función será proporcionar confort, tranquilidad, comprensión, escuchar atentamente las inquietudes y emociones del enfermo y de sus familiares sobre el problema de salud, haciendo lo posible por ponerse en su lugar para comprenderlo y atenderlo mejor.

Por otro lado, el paciente busca soluciones, alivio de su malestar y espera ser escuchado, comprendido u orientado.

Lic. Stefanía Bastard

Referente del Servicio de Salud Mental