
Un día en la plaza escuché a una niñita de unos dos años preguntarle a su madre: mamá, mamá, mamá ¿dónde está el corazón? La madre, como pudo le explicó que estaba en el medio del pecho y que, si ponía su mano sobre él, podría sentirlo. Eso me hizo pensar qué fácil es para un adulto cerrar los ojos y darse cuenta o imaginar donde está el corazón, cómo está ubicado, qué forma tiene y hasta cómo se mueve.
Hoy cierro los ojos y me vuelvo a hacer aquella misma pregunta que la niñita le hizo a su madre… y la respuesta es diferente. No es que el corazón ha cambiado de lugar, sino que entiendo que el corazón está donde uno decide ponerlo.
Cada 21 de noviembre se conmemora en Argentina el Día Nacional de la Enfermería, ya que en esa fecha se fundó la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería.
El año pasado la Organización Mundial de la Salud decidió que el 2020 sería el año de la Enfermería, el destino, el universo o vaya uno a saber quién, decidió que para celebrarlo se desataría una gran pandemia.
Y en este 2020, la Enfermería puso como siempre, el corazón donde hacía falta, donde era necesario, allí en el centro del conflicto, en la primera línea. Enfermería dejó el corazón con un paciente que estaba solo, que no podía ver a su familia. Lo puso en una videollamada. Lo puso en la mano de cada uno de los pacientes que lo necesitó. Lo puso en cada hora de cada capacitación. Lo puso al resignar horas con su familia para dárselas a su trabajo. Lo puso acompañando en cada respiración a quien le costaba hacerlo. Puso su corazón dentro de trajes astronáuticos llenos de acrílicos y látex para evitar ser contagiado. Colocó su corazón al desnudo cada vez que se exponía a una enfermedad casi desconocida arriesgando su salud por cuidar la de otra persona, quizás alguien que nunca había visto, pero eso no importa, es su paciente, es lo que debe hacer, es lo que siente, es lo que lo desvela, es su vocación.
Día tras día, las 24 horas los siete días de la semana, Enfermería sitúa su corazón allí, donde hace falta, donde acompaña, donde cuida, claro, donde cuida, ya que la Enfermería es el arte de cuidar. Y si el arte es la lectura del alma, Enfermería pone el alma a parte de su corazón y su cuerpo en cuidar y proteger a sus pacientes.
Abro los ojos y veo tanto esfuerzo y dedicación digna de admiración y ahora sí con los ojos abiertos veo que el corazón está donde uno lo pone, y la enfermería lo puso enteramente al cuidado de cada uno de sus pacientes.
Ojala el día de mañana pueda contarle a mis sucesores que atravesé una pandemia y que ví gente que ponía el corazón donde había que ponerlo.
¡FELIZ DÍA DE LA ENFERMERÍA!!!!!
21 de Noviembre 2020
Departamento de Enfermería